martes, 30 de septiembre de 2008

Crisis financiera en Estados Unidos

Con votos del partido republicano, la Cámara de Representantes rechazó ayer el paquete de rescate de 700.000 millones de dólares, concebidos por la Casa Blanca para intentar detener el colapso bursátil.

La noticia provocó una caída en el Dow Jones, la bolsa estadounidense de valores, de 777 puntos, la pérdida en volúmenes y en la riqueza más grande de la historia. En esta única jornada se perdieron 1,2 billón de dólares, casi el doble del rescate que se buscaba.

El proyecto de ley, que implica la mayor intervención del gobierno en la economía desde la Gran Depresión, recibió 228 votos a favor y 205 en contra, y fue rechazado tanto por legisladores republicanos como por demócratas, apenas un día después de que los líderes del Congreso anunciaran que se había llegado a un acuerdo para aprobarlo.

La jornada arrojó fuertes caídas en todo el mundo. En Asia y en Europa, en promedio, de cinco por ciento, y en Irlanda trepó al 8%. En todas las grandes capitales los valores bursátiles se despedazaron.

La sensación reinante en Estados Unidos fue muy parecida a la que experimentaron los argentinos durante la crisis financiera y política del 2001. Los estadounidenses comenzaron a tomar verdadera conciencia de que no sólo sus ahorros se están evaporando y sus fondos de pensión están perdiendo valor sino que, además, no parece haber nadie en Washington capaz de hacerse cargo de esta pesadilla.

Pese a que George Bush y los líderes de los dos partidos en el Congreso habían llegado el domingo a un acuerdo e insistido en que el paquete era clave para evitar una situación aún más catastrófica, 228 diputados (133 republicanos y 95 demócratas) votaron en contra, mientras que 140 demócratas y 65 republicanos lo hicieron a favor, exhibiendo una nítida división, especialmente en el oficialismo.

La mayoría de los legisladores que votaron en contra del proyecto prefirieron alinearse con los electores de sus respectivos estados que piensan que los bancos no merecen ser rescatados con el dinero de los contribuyentes. El argumento de los republicanos fue así que el Estado no debía intervenir en el salvataje. Entre tanto, algunos demócratas se opusieron al proyecto porque lo consideraron insuficiente. Los demócratas siempre han defendido que el Estado debe intervenir en la economía para asegurar su buen funcionamiento, y mucho más en tiempos de crisis.

La votación fue una catastrófica derrota para Bush, su secretario del Tesoro, Henry Paulson, e incluso para el candidato a presidente, John McCain, quien se pasó todo el jueves último en el Congreso negociando para sumar los votos de los republicanos.

En unas breves declaraciones junto al presidente de Ucrania, Víktor Yuschenko, Bush dijo que estaba "muy decepcionado".

La caída en los mercados internacionales comenzó antes de que se supiera que la ley había sido rechazada. La Bolsa en Hong Kong cerró cuatro por ciento a la baja, los mercados europeos siguieron sus pasos y al final del día en Nueva York el Dow Jones cerró 777 puntos abajo. Los mercados además detestan que el proyecto no sea el original, es decir, que se le entregue un cheque en blanco a Paulson y a Bush para disponer de todo el dinero según su criterio y sin controles.