lunes, 13 de abril de 2015

El adiós a Eduardo Galeano

No acostumbro a escribir en primera persona. Sin embargo, estas líneas no las puedo redactar de otra manera. Hacía ya algunos años que el estado de salud de Eduardo Galeano era noticia en los medios de comunicación, pero siempre lograba sacar alguna fuerza de su interior y continuaba vislumbrando al mundo con sus palabras. Hasta que hoy, a los 74 años, su corazón dejó de latir.
Es extraño escribir la necrológica de una persona a la cual no tuve la oportunidad de conocer. Intenté -sin éxito- concretar un casual encuentro cuando brindaste una charla en la Biblioteca Nacional y en la edición de 2012 de la Feria de Libro realizada en Buenos Aires. Patas arriba. La escuela del mundo del revés (1999), fue el primer libro de Galeano que tuve en mis manos. Por aquel entonces me encontraba cursando mi segundo año de la carrera de periodismo de la Universidad de Belgrano. Quizás no viene al caso de este artículo, pero había comenzado a estudiar esa carrera con el objetivo de ser periodista deportivo. Sin embargo, ese libro despertó en mi una curiosidad interna desconocida hasta ese entonces. De manera simultánea, concurrí a la librería a buscar un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina (1971)-brillante análisis de la secular explotación del continente sudamericano desde los tiempos de Colón hasta la época presente. El escritor uruguayo solía fastidiarse cuando lo presentaban como el autor de esta publicación, ya que, según explicaba, parecía que desde ese año hasta estos días no había aportado nada más.
Luego, seguí recorriendo su bibliografía con El libro de los abrazos (1989), El fútbol a sol y sombra (1995), Espejos. Una historia casi universal (2008), y Los hijos de los días (2011). Una de las pasiones de Galeano fue el fútbol. "En su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol", expresaba el nacido en Montevideo, que en los últimos años se encontraba muy crítico de este deporte y que festejaba las apariciones de jugadores de la talla de Messi y Neymar, a los que calificaba de "verdaderos milagros".
"Soy un escritor que quisiera contribuir al rescate de la memoria secuestrada de toda América, pero sobre todo de América Latina, tierra despreciada y entrañable", expresó en una memorable entrevista. Revisando los comentarios realizados por los principales diarios a raíz de su muerte, se verifica que Eduardo Galeano, además de cumplir con el objetivo de recuperar la memoria de esta parte del mundo, logró generar una conciencia en miles de jóvenes acerca de los conflictos sociales que trae el capitalismo. Además, mostró cómo pocos las incongruencias de la Iglesia y desenmascaró a los medios de comunicación (llamados por él los medios masivos de desinformación). Por estas y algunas otras cuestiones, no solamente falleció un hombre ligado a las letras, sino que se fue un férreo defensor de los Derechos Humanos y de la causa América Latina, y un luchador de la justicia social.
"La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar". ¡Qué descanses en paz, genio!