martes, 5 de agosto de 2014

Estela de Carlotto recuperó a su nieto

Guido Carlotto creía, hasta hace unas pocas horas, que se llamaba Ignacio Hurban. Músico de profesión, a sus 36 años se presentó de forma voluntaria a la Asociación Civil de las Abuelas de Plaza de Mayo. Los análisis de ADN correspondientes comprobaron que es el nieto de Estela de Carlotto, quien, al enterarse de ello, declaró -emocionada- que no quería morirse "sin poder abrazarlo". Su madre, Laura, había sido secuestrada por un grupo de tareas en noviembre de 1977 cuando estaba embarazada de tres meses.
Tras una intensa búsqueda que demandó más de 30 años, con el descubrimiento de Guido ya son 114 los nietos que fueron recuperados. Otros 400 aún siguen sin conocer su verdadera identidad.
Más allá de las opiniones que cada uno tenga acerca de las Madres y de las Abuelas de Plaza de Mayo, merecen el respeto por haber sido las primeras en denunciar el horror cuando muchos miraban para otro lado. Incluso hombres de la prensa que prefirieron el silencio durante la última dictadura militar, y que hoy aplauden la labor de las "locas de Plaza de Mayo", tal como se las denominó en aquéllos nefastos años.
El recupero del nieto de la presidente de la entidad no es un triunfo del Gobierno. Es una victoria de la democracia, de la memoria y de la justicia.